Cómo plantar calabacín

El calabacín, zapallito o zucchini requiere mucho espacio y abono. Y durante mis primeros años lo cultivé en macetas demasiado pequeñas. Salían, sí, pero nunca de forma continua, y a menudo con un crecimiento irregular, estrechos en la punta y más anchos de abajo. El secreto está en la maceta, ya lo verás.

¿Qué necesitas saber para cultivar calabacín?

Cómo sembrar calabacín

Puedes preparar plantel de la mayoría de las cucurbitáceas, pero sus semillas germinan tan rápidamente y son tan grandes comparadas con otras, que lo más práctico es sembrarlas directamente en la maceta donde van a crecer.

Haz un agujero en el sustrato con el dedo, introduce 2 o 3 semillas y cuando germinen, corta con los dedos las plántulas más débiles para dejar solamente una.
Germinarán en menos de una semana.

Si debido a las temperaturas prefieres empezar los semilleros en interior, ten en cuenta que es una planta que crece rápidamente. Si sabes que vas a tener que esperar para trasplantar, lo mejor es sembrarlos en un recipiente grande (como un bote de yogur de 1 litro o una maceta pequeña).

Cómo plantar calabacín, zapallito o zucchini en maceta

Lo más importante en el cultivo del calabacín, es destinarle una maceta lo suficientemente grande, que lamentablemente, a veces no tenemos. Es una planta que forma raíces profundas, y por ello necesita 60 litros de sustrato por planta como mínimo.

Cuando empecé a participar en el foro de Infojardín, los compañeros cosechaban tantos calabacines que no sabían qué hacer con ellos, e incluso aconsejaban no sembrar más de dos matas en un huerto para autoconsumo.

Cada temporada, fui probando cambios de maceta, buscando siempre una mayor, hasta que finalmente empecé a cultivarlos en una jardinera que construí con unas maderas y que tiene una profundidad de medio metro. En cuanto los puse en esa jardinera empezaron a producir de verdad, en cantidad y calidad.

Eso me hizo darme cuenta de lo realmente importante que es dar a cada hortaliza el volumen mínimo que necesita para desarrollarse correctamente. Creo que es algo que repito hasta la saciedad en todos los artículos del blog, pero hay casos en los que el éxito está tan relacionado con esta necesidad que no insistir sería conducirte al fracaso absoluto.

Sustrato

Si es tu primer año y has comprado sustrato universal o específico para huerto urbano, trasplanta sin problemas pero empieza a buscar un fertilizante porque lo vas a necesitar dentro de un mes, o mes y medio.

Vas a tener que iniciar una pauta de fertilización semanal en cuanto empiecen a formarse las primeras flores. Los calabacines son plantas muy, muy glotonas.

Si has optado por la mezcla de fibra de coco y humus de lombriz, utiliza un 50% de cada material.

Y si estás reutilizando sustrato en el que ya has cultivado anteriormente, añade ese 50% de abono que necesitará la planta: usa humus de lombriz, compost o estiércol según tus preferencias.

Ubicación

El calabacín necesita mucho, mucho sol, siendo una de las hortalizas a priorizar en cuanto a ubicación en el huerto urbano. En situaciones en semisombra suele desarrollarse bastante, pero no florece hasta recibir sol directo.

Ten en cuenta que por su tamaño puede crear sombra sobre otras plantas, ya que puede alcanzar hasta 1 metro de altura.

Cuidados del calabacín durante el cultivo

Las matas de calabacín se hacen enormes. Las hojas, más grandes que una mano, nacen formando una roseta, con tallos de hasta 1 m de longitud (algo más si tu huerto está en el suelo).

El diámetro de cada mata puede llegar a medir cerca de 1,5 m, por lo que es recomendable cultivarlas en una jardinera aparte, o en una maceta gigantesca, pero nunca en una mesa de cultivo o mezcladas con otras hortalizas.
No por incompatibilidades, sino porque su tamaño no te permitirá cultivar nada más.

Riego

El riego del calabacín debe ser generoso pero espaciado. Además, deberás ir incrementando la periodicidad conforme lleguen los meses más cálidos del verano y la planta siga creciendo. 

Pero ojo: el calabacín es un drama queen de libro. El aspecto de sus hojas suele engañarnos, porque cuando recibe la luz del sol de mediodía, tienden a volverse flácidas. Eso te hará pensar que has regado poco, con lo que incrementarás el riego de las matas. 

Antes de caer en la tentación de regarlas más al atardecer, observa el aspecto de las hojas cuando ya no les toque el sol. ¿Han recuperado su aspecto normal? Si es así, sigue regando como hasta ahora, sin incrementar la cantidad ni la frecuencia.

Un riego excesivo puede provocar la aparición de oidio, un hongo bastante habitual en todas las cucurbitáceas.

Tutores

Precisamente por ese crecimiento tan exagerado, puede ser muy útil entutorarlas con una caña. Las hojas son tantas y tan numerosas que tienden a acabar tumbando la planta hacia un lado, y eso en un balcón o una azotea puede suponer una invasión de la zona de paso. Clava una caña muy gruesa junto a la mata cuando la trasplantes o la siembres, y verás cómo a medida que va creciendo podrás guiarla, empezando a ras del sustrato.

Fertilización

Se trata de una planta muy exigente en abono. Puedes preparar una mezcla inicial con un 50 % de abono sin ningún problema, y al empezar la floración, añadir un puñadito de humus de lombriz cada semana alrededor de la base, de modo que se vaya integrando en el sustrato conforme vayas regando. Quizá te parezca demasiado abono, pero realmente es necesario, y las plantas te lo agradecerán con más flores y frutos.

Aunque la espera hasta la aparición de flores masculinas y femeninas suele ser eterna, finalmente se formará el primer calabacín. A partir de ese momento, la fructificación suele normalizarse si seguimos abonando con regularidad.

Cuándo cosechar calabacín

Es recomendable recolectar los calabacines cuando son pequeños, a partir de unos 15 cm. No solo porque son mucho más tiernos y sabrosos, sino porque de ese modo la planta seguirá produciendo más flores y engordando a los que ya han cuajado.
Los frutos crecen de un modo espectacular de un día para otro, y pronto podrás cosechar más.

Cosechar calabacines tiernos es uno de los mayores regalos que te puede ofrecer el huerto. Y no solo porque son muchísimo más ricos y tiernos, sino porque de este modo favorecemos el crecimiento de los que vendrán a continuación.

Las hojas más antiguas se irán secando solas. Es algo normal y no debe preocuparte. Siempre serán las más cercanas al suelo, puesto que las nuevas (así como las flores y los frutos) se formarán en el centro de la planta. Vé cortando las hojas secas: eso te ayudará a seguir guiando a la planta por la caña y al mismo tiempo evitará la posible aparición de hongos.

Guardar semillas

Deja que un calabacín crezca en la mata y madure hasta pasar de color verde a amarillo. Esto te garantiza la formación y viabilidad de las semillas, que podrás extraer de su interior.

Déjalas secar bien antes de guardarlas para la próxima temporada.