Cómo hacer una lasaña de bubos

como hacer una lasaña de bulbos con tulipanes, jacintos, narcisos y crocus

La lasaña de bulbos es una técnica de siembra que nos permite disfrutar de espectaculares floraciones de bulbosas en maceta. ¿O acaso pensabas que los bulbos no se podían plantar en macetas y jardineras? Suele pasarnos al ver esas fotos increíbles de campos llenos de tulipanes que llegan desde Holanda, pero no es así. 

Qué es una lasaña de bulbos

El método lasaña es una técnica que se utiliza para sembrar juntas distintas variedades de bulbos tanto en jardines como en contenedores. Suele sonar extraño para los que cultivamos en macetas porque no estamos muy habituados a lo de combinar distintas plantas en el mismo contenedor, pero eso es justo lo que vamos a hacer.

Los bulbos se distribuyen entre distintas capas de sustrato alternadas, por lo que acabas formando una especie de lasaña de tierra-bulbos-tierra-bulbos-tierra.
En realidad, se juega con la profundidad de siembra que requiere cada variedad para crear estas capas. Los tulipanes, por ejemplo, tienen uno de los bulbos más grandes y eso implica enterrarlos a una profundidad equivalente a 3 veces su tamaño. Combinados con otros bulbos de tamaño más pequeño, conseguiremos que se desarrollen sin problemas en el espacio reducido de una maceta.

Como cada variedad tiene un momento de floración distinto, conseguirás macetas llenas de flores que se irán abriendo a lo largo de varios meses. Los bulbos, además, son plantas muy rústicas y duraderas, que florecerán año tras año con unos cuidados y mantenimientos mínimos.

¿Qué tipo de bulbos se pueden usar en la lasaña?

Bulbo germinando y bulbo con un hijuelo
Es probable que algunos bulbos estén empezando a germinar por su cuenta, como el de la derecha. De ese brote aparecerán las hojas y las flores, así que cuando los siembres, tienen que mirar hacia arriba. El de la izquierda tiene un pequeño hijuelo, ¿lo ves?

Lo más habitual es utilizar bulbos de flores. No tendría mucho sentido usar este método con bulbosas hortícolas mezclando las cebollas con los ajos, las chalotas o el azafrán porque tienen una profundidad de siembra similar.

La lasaña de bulbos se prepara con variedades que florecen en la misma época del año. Y en el caso de los bulbos de flores, eso ocurre en dos momentos concretos del año: primavera-verano y otoño-invierno.

  • Variedades de bulbos de siembra en primavera: agapanthus, begonia, cala, canna, dalia, gladiolo, gloxinia, gypsophyla, iris, lilium, nardo y peonía. También algunas variedades menos conocidas como la alstroemeria, aquilegia, crocosmia, dicentra, hemerocalis, liatris, lupinus, oxalis, phlox, sparaxis, sprekelia, tigridia y tycirtis.
  • Variedades de bulbos de siembra en otoño: allium, anémona, azucena, chionodoxa, crocus, freesia, iris, ixia, fritillaria, galanthus, jacinto, muscaris, narciso, ranúnculo, sparaxis, tulipán.

Los amarilis, las calas y los ranúnculos también pueden sembrarse en otoño pero son más sensibles a las bajas temperaturas. Plántalos únicamente si las temperaturas mínimas en tu zona no son inferiores a los 5ºC durante el invierno.

Prepara tu lasaña de bulbos paso a paso

  1. Ordena los bulbos

    Coge un bulbo de cada variedad para colocarlos en orden, del más grande al más pequeño. Como los más grandes son los que debes sembrar a más profundidad, serán los que irán en el fondo de la maceta. Los más pequeños serán los últimos que sembrarás.
    Haz fotos de como quedan dispuestos sobre el sustrato antes de cubrirlos con más tierra: evitarás que quede uno justo encima de otro y se entorpezcan al crecer. Es fácil si les haces una foto, por lo menos en las primeras tres capas.

  2. Añade material de drenaje en la base de la maceta

    Asegúrate de que la maceta o jardinera tiene agujeros de drenaje: el exceso de humedad puede pudrir los bulbos. Añade una capa de un material drenante como la arlita, piedra volcánica, macetas rotas… ¡lo que tengas a mano! No te pases, con 3 cm bastará.drenaje-maceta-piedra-volcanica-arlita

  3. Empieza a formar la lasaña

    Añade una primera capa de sustrato de como mínimo, unos cinco o seis centímetros. Los bulbos que irán al fondo serán los más grandes y deben tener suficiente sustrato a su disposición para desarrollar sus raíces.

    Siembra la primera capa de bulbos con las puntas hacia arriba. Algunos tienen formas un poco raras, así que hazlo lo mejor que puedas. La naturaleza es tan sabia que si lo haces al revés, el tallo girará buscando la superficie aunque eso le suponga un esfuerzo extra.lasaña-bulbos-siembra-jacinto

  4. Asienta el sustrato entre capas

    Añade una nueva capa de sustrato de algunos centímetros, y presiona ligeramente para asentar el sustrato entre los bulbos que acabas de enterrar.

  5. Acaba con los bulbos más pequeños y riega a continuación

    Repite el proceso hasta acabar con los bulbos más pequeños, que quedarán arriba de todo. Cúbrelos de sustrato y no te olvides regar bien cuando acabes.
    bulbos-crocus-chionodoxa

Cómo cuidar tu lasaña de bulbos

Ubicación

Las bulbosas son plantas con flores y les gusta estar a pleno sol. Independientemente de si las cultivas en una terraza, un balcón o un jardín, evita zonas con corrientes de aire: el viento podría tumbarlas o descalzarlas y no queremos que eso ocurra.

Los bulbos de otoño son plantas perennes que se encuentran en periodo de dormancia y necesitan las lluvias del otoño y el frío del invierno para despertar. A los bulbos de primavera les pasa lo mismo: necesitan las lluvias de primavera y el calor del verano para germinar.

Si vives en una zona con invierno frío de verdad, utiliza un acolchado para proteger los bulbos de las heladas. 

como-regar-bulbos-otoño
Este es el macetón que utilizo para mi lasaña de bulbos: tiene 35 cm de diámetro, así que debe rondar los 25 litros de sustrato

Riego

Ya te conté al principio que el exceso de humedad es el peor enemigo de estas plantas, ya que el bulbo podría pudrirse y tú quedarte sin flores. Pero eso no significa que haya que regarlos poco. 

Después de la siembra, es recomendable regar con regularidad para activar la germinación y ayudar al crecimiento de las raíces. Ojo, con regularidad no significa que se deba mantener el sustrato encharcado permanentemente: hay un ligero matiz. Además, cada primavera y cada otoño son distintos en cuanto al calor y lluvia, lo que sin duda te obligaría a modificar la pauta de riego.

Cuando veas que ¡por fin! aparecen las primeras hojas, espacia los riegos. Observa y toca las hojas: si las sientes duras y carnosas, no hace falta regar.
Durante el crecimiento, evita mojar las hojas y mucho menos las flores. El riego debe hacerse siempre sobre el sustrato. Si llueve, se mojarán inevitablemente, pero tú no lo hagas por costumbre.

No aumentes la frecuencia de riego durante la floración pero sí cuando las flores se marchiten: ayudará a que el bulbo engorde y acumule reservas para el año que viene.

Los bulbos de primavera agradecerán un acolchado de paja o de corteza de pino para mantener la humedad del sustrato durante más tiempo en verano. La pauta de riego deberá ir incrementándose en función del calor, igual que harías con las hortalizas y otras plantas.

Abono y fertilización (con sustrato nuevo o usado)

No son plantas exigentes en nutrientes y además no les gustan los abonos ricos en nitrógeno (N).
Si vas a utilizar un sustrato nuevo en tu lasaña de bulbos, no tendrás que añadir absolutamente nada a la tierra hasta que veas que empiezan a formarse las flores. En ese momento, les  vendrá genial un aporte extra de fósforo y potasio para potenciar la floración. Utiliza un fertilizante para plantas con flor en formato líquido o sólido y sigue la dosificación y periodicidad indicada por el fabricante.
Cuando empieza la floración no es recomendable abonar los bulbos.

Pero si vas a reutilizar un sustrato en el que has cultivado otras plantas antes, añade un buen puñado de abono orgánico antes de la siembra. Suelo usar humus de lombriz como abono de fondo, aunque también he utilizado estiércol de caballo y abono ecológico en pellets con buenos resultados.
Cuando veo que germinan, uso un fertilizante líquido para floración y sigo la misma pauta que he explicado antes.

Plagas o problemas

Ojito con los caracoles y las babosas que están activos y felices, con comida gratis y las lluvias de primavera y otoño. Curiosamente, esas lluvias no afectan a los bulbos germinados, que ya no se pudren a pesar del exceso de humedad. Eso sí: si sueles usar platos o bandejas debajo de macetas y jardineras, retíralos o vacíalos de agua con regularidad.
Aparte de eso, los bulbos tienen pocos problemas en macetas, los míos jamás he tenido otras plagas habituales en otras plantas como la mosca blanca, el pulgón o la araña roja.

Cómo conservar los bulbos tras la floración

ordenar-bulbos-por-tamaño
Los bulbos más pequeños son los de los crocus, las freesias, los ranúnculos y los muscaris. Si tus macetas no son muy profundas pero quieres probar a hacer una lasaña, prescinde de los tulipanes, jacintos, iris y narcisos y elige variedades de bulbo pequeño

Suelo preparar una lasaña de bulbos cada otoño. Tengo debilidad por los crocus y los muscaris y además, tengo más macetones grandes disponibles. Los bulbos son plantas realmente rústicas, que requieren pocos cuidados y su floración atrae a un montón de polinizadores justo en el momento en que las habas y los guisantes empiezan a florecer. Es un win-win de manual.

Pero cuando llega la primavera, suelo necesitar ese macetón y no dejo los bulbos en la tierra esperando que vuelvan a brotar el año siguiente. Siempre los arranco y los guardo para volver a sembrarlos en otoño. Esto es lo que hago: 

  • Disfruto de las flores mientras duran y cuando empiezan a marchitarse, las corto lo más cerca de la base.
  • Aumento la frecuencia de riego para que el bulbo engorde. Las hojas de la planta suelen seguir vivas, recuerda que son un buen indicativo de sus necesidades de agua.
  • Cuando las hojas empiezan a marchitarse, arranco los bulbos poco a poco para ir recuperándolos por capas y no mezclarlos entre sí.
  • Corto las hojas, las raíces y los dejo extendidos sobre papel de periódico un tres o cuatro días para que se sequen. Eso me permite eliminar mejor el sustrato que suele quedarse pegado.
  • Finalmente, los guardo envueltos en papel de periódico hasta el siguiente otoño. Verás que algunos bulbos se han multiplicado, formando hijuelos. Los hijuelos son bulbos de pequeño tamaño que empiezan a formarse pegados a su bulbo madre. Cuanto más grandes sean, ¡mejor! 
  • No te olvides de etiquetarlos para recordar de qué planta se trata. Guárdalos en un lugar oscuro y seco.

Para acabar, te recomiendo que le eches un vistazo a El Blog de la Tabla. Tiene una sección dedicada íntegramente a las plantas bulbosas en el que podrás descubrir bulbos con flores increíbles para plantar en tu huerto o jardín. 

Me encantan los huertos urbanos y el cultivo de hortalizas en macetas. En 2005 empecé a contar qué tal me iba en las redes y así fué como me convertí en PicaronaBlog.
Imparto talleres de huerto urbano, colaboro en medios especializados y en 2014 publiqué mi primer libro, Hortelanos de ciudad.

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *