Cómo hacer pan con tomate

pan-con-tomate

A los catalanes nos parece cuanto menos curioso que algo tan básico para nosotros sorprenda tanto a los que vienen de fuera. El pa amb tomàquet (pan con tomate, pronunciado “pam tomacat”) es tan nuestro, tan habitual, que lo que nos sorprende es que no se consuma así en todo el mundo. Para no hablar de cuando somos nosotros los que viajamos y casi tenemos que suplicar que nos traigan un tomate porque si no el pan nos parece soso, reseco y nos cuesta comerlo.

¿Cómo explicar a alguien de fuera que el pan en Catalunya se presenta siempre asi? Pues bien, poniendo ejemplos. Si en un bar o en casa tienes que preparar pan para acompañar quesos o embutidos, lo untas con tomate. ¿Que tienes que hacer un bocadillo? Lo untas con tomate. Indistintamente de si el pan es del dia o tostado, a pesar de que por lo que cuentan, el origen de untar el pan con tomate viene de antiguo y de la necesidad de ablandar el pan que se había secado.

Se me hace raro… es como querer explicar el porqué te tomas un café con leche en el desayuno. El pan aquí se toma así y punto. Porque es lo más normal y corriente, a pesar de que siempre te encontrarás quien te diga que el pan con tomate no le gusta.

tomate-de-colgar

Es por este motivo que los horticultores catalanes tenemos una inmensa variedad de tomates que sirven precisamente para eso: para untar pan. Y es que no todos los tomates sirven para ello. El tomate para untar debe ser jugoso, maduro. No nos sirve un tomate que lo abras y no suelte su jugo. En la foto adjunta tenéis una buena cantidad de tomates de untar, también llamados “tomacons”, “tomàquet de penjar”, “tomàquet de ramallet”, etc, etc. Todos ellos sirven para untar el pan.

Normalmente lo que se hace con estos tomates es cosecharlos cuando empieza a cambiar de color. Si vienen en ramillete, se cosecha el ramillete entero cuando el primer tomate se empieza a poner rojo. No importa que el resto estén verdes, ya madurarán a pesar de no estar en la planta.
De este modo, colgados en un lugar fresco y seco nos pueden aguantar perfectamente hasta la primavera siguiente. Y aparte de usarlos para untar, también es un modo de conservar tomate para hacer sofritos y otros guisos.

Muy bien, si… ¿pero cómo se prepara el pan con tomate?

Cortad un tomate por la mitad. Pero por la mitad como si fuérais a hacerlo relleno. O sea, no a lo largo, sino a lo ancho, porque si no, no sale la misma cantidad de jugo.
Frotadlo contra el pan, que puede ser tostado o del día y en el que previamente podéis haber frotado un poco de ajo si os gusta.
Le añadís un poco de sal y un buen chorro de aceite de oliva, que sea generoso.

Por cierto, que podría estar un buen rato hablando también de cómo debe ser el aceite de oliva porque normalmente en muchas casas catalanas acostumbra a haber dos tipos de aceite: el que se usa para cocinar y el que usamos para aliñar las ensaladas y/o el pan con tomate (que en este caso, acostumbra a ser un aceite de más calidad, fuerte, de primera prensada).

Obviamente, el pan debe ser untado y comido inmediatamente. Prepararlo con antelación lo deja remojado, y eso tampoco es lo que se pretende. En las casas catalanas se sirve el pan y el aceite, el ajo, la sal y el tomate se dejan sobre la mesa para que cada comensal lo prepare a su gusto.

Y ya está. Me siento tan ridícula explicando esto como si estuviera contando cómo verter el azúcar en un vaso de leche caliente. Pero si no os ha quedado claro, aquí tenéis un video que encontré en You Tube y donde podéis ver cómo se prepara.

Si lo probáis, ya me diréis si os ha gustado o si por contra habéis tenido la sensación de comer “pan remojado”. De paso, saludo a Ricardo, un amigo mexicano que lo probó por vez primera en el Pinotxo de La Boqueria. Desde entonces, siempre me dice que lo prepara cuando compra quesos europeos para cenar.

Saludos y buen provecho!


Fotografia del pa amb tomàquet extraída del album Flickr de Jaula de Ardilla

ester-casanovas-picaronablog

Ester Casanovas @picaronablog

Me encantan los huertos urbanos y el cultivo de hortalizas en macetas. En 2005 empecé a contar qué tal me iba en las redes y así fué como me convertí en PicaronaBlog.
Imparto talleres de huerto urbano, colaboro en medios especializados y en 2014 publiqué mi primer libro, Hortelanos de ciudad.

También te puede interesar

3 comentarios

  1. Según empecé a leer me decía pues con todo el tomate que deben de consumir no se como los conservarán. No había oído lo de cortar los tomates así cuando empezaba a ponerse uno rojo. ¿Solamente se conservan esas clases de tomates? ¿no se ponen muy maduros y muy blandos?

    A mi mujer le gusta mucho eso del pan con tomate, pero ella pone en el baso de la batidora, tomate, ajo, sal y aceite de oliva, lo tritura todo y luego le pone unas capas al pan que no veas, me imagino que tendrá el mismo sabor pero ella le pone más cantidad.

  2. está muy rico todo lo que nos cuentas, pero es muy parecido al pan con tomate que se come en andalucia,extremadura, etc…al final la gastronomia es mucho más «internacional»de lo que nos puede parecer

  3. Pues de ridícula nada, una explicación perfecta y completa de algo propio, como debe ser. Te cuento que me encantaba comerlo así, y cada tanto lo hago ahora. Rico, rico. Gracias. Besos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *