Entre nosotros: lo mejor de hacer un programa como Pagesos de ciutat es que siempre aprendo cosas nuevas. Cosas que desconocía, información que se amplía y que de vez en cuando me provoca epifanías personales como la que tuve esta semana, de la mano de nuestra entrevistada, la Sra. Maria Rosa Teira, profesora de la Facultad de Medio Ambiente y Ciencias del Suelo de la Universitat de Lleida.
Hace muchos años, un compañero de Infojardín (Pepehort, al que quizá conocéis por su blog Trabajos con palets) me contaba que siempre que prepara la tierra para el macetohuerto, le añadía un poco de tierra arcillosa que iba a buscar al lado de casa, en el Parc Agrari del Vallès. Al preguntarle por el motivo, la respuesta fué que «porque iba bien».
En eso quedamos y durante mucho tiempo no volví a pensar en ello ni me dió por experimentar sobre el tema. Al ir aprendiendo más sobre la gran cantidad de vida que se genera bajo el suelo, llegué a pensar que de algún modo, venía a ser era una manera de «importar parte de esa vida» a un sustrato que quizá no la contenía. Pero como no siempre conoces a quién formular este tipo de preguntas un poco tontas que nos dan vueltas por la cabeza, me olvidé del tema. Hasta el pasado programa, en el que me quedé literalmente flipada cuando nuestra invitada afirmó que:
De hecho, la arcilla es la única fracción del suelo con carga eléctrica, por lo que retiene los nutrientes y los va pasando a la solución del agua de riego
Creo que fuí rápida porque enseguida (y pensando en los que tenemos macetohuerto), le pregunté si era necesario añadirla a los sustratos que carecen de este elemento. Su respuesta fué que no estamos obligados, pero que nos iría bien, muy bien. Fuera de antena, le consulté dónde podría conseguir la arcilla y me dijo que en cualquier fábrica de ladrillos.
Conocer este dato acerca de la arcilla, me hizo pensar en el calcio, que por lo que dicen los entendidos, es uno de los nutrientes menos móviles. ¿Podría ser que la falta de arcilla en nuestros sutratos tenga parte de culpa en problemas como la podredumbre apical en los tomates? ¿Nos ayudaría mezclar un poco de arcilla para perder menos nutrientes en los macetohuertos? Siento que he abierto la caja de Pandora, y voy a intentar que alguien me confirme estas dudas que me han surgido.
Aprendiendo más sobre el suelo

Como sé que muchos no vais a escuchar el programa por el simple hecho de que no entendéis el catalán, os dejo algunos titulares más de lo que nos explicó la Sra. Teira:
A veces tengo la impresión de que no somos conscientes del suelo, porque el suelo no es una superfície, es un volumen, y es un medio poroso en el que hay vida […] y es un medio muy complejo que no conocemos.
Si es un suelo arenoso, retendrá poca aigua y pocos nutrientes, o sea, que lo tendremos que regar poco pero a menudo y abonar más a menudo. Si es un suelo con mucha materia orgánica, retendrá mucha más agua, tendremos que regarlo menos a menudo, y él solo irá mineralizando (sin hacer nada nosotros) y tendremos un suministro (ni que sea de baja intensidad, pero muy continuo) de nutrientes. Estos, son dos ejemplos extremos, porque en medio hay una línea contínua […] que serían los suelos francos, que tienen aproximadamente una proporción equilibrada de arena, limo y arcilla.
Un suelo totalmente arcilloso, es un suelo pesado, que retiene mucha agua y nutrientes pero que provocará que las raíces sufran anoxia (falta de oxígeno). Hay que buscar el equilibrio, corrigiéndolo.
Si nuestro suelo es muy arenoso, debemos hacer aportaciones de materia orgánica. Si es arcilloso, añadirle arena, en cantidad, y mezclarlo con la azada. La materia orgánica siempre va bien. A todos (los suelos), porque aumenta la porosidad, la retención de agua, también tiene radicales con carga eléctrica que retienen nutrientes, mineraliza (aporta nutrientes). Pero siempre es mejor tener un suelo arcilloso (que retiene agua y nutrientes) que uno arenoso (que es más pobre).
Lo que no debemos hacer es pensar que la fertilidad del suelo es eterna. Al contrario: debemos reponer la fertilidad del suelo, porque los cultivos hortícolas tienen unas necesidades inferiores a lo que se pensaba, pero los tienen.
¿Cada cuánto debemos remover / arar la tierra?
Remover la tierra sirve para mejorar la porosidad, romper canales preferenciales de circulación de agua, para incorporar fertilizantes orgánicos o minerales que se han colocado en la superfície, para homogeneizarlo, para incorporar restos de cultivos anteriores… Y también introducimos oxígeno en gran cantidad, en el momento en que lo hacemos y se da «una fiesta» de microorganismos aeróbicos que dicen: «Ah, mira! Ahora hay oxígeno» y oxidan materia orgánica, se da un «pico» de oxidación, que libera nutrientes y micronutrientes.
Esta es una labor que va bien hacerla antes de plantar. Si se ha hecho una gran aportación de restos al finalizar la campaña, puede hacerlo también porque ayudará a la degradación de estos restos orgánicos para que se incorporen bien en el suelo. Porque la degradación de los restos vegetales, consume nitrógeno del suelo. Si esto lo favorecemos y esta degradación se hace enseguida, cuando volvamos a plantar este material ya se habrá degradado y el nitrógeno (que entre comillas, «ha robado») volverá a estar disponible para el cultivo. Si no, tendremos que hacer un abonado con nitrógeno más importante.

Esta es una pequeña muestra de lo que hacemos cada sábado en Pagesos de ciutat. Entenderéis que me sienta afortunada y diría que casi privilegiada por tener la oportunidad de aprender en cada uno de los programas. Ya llevamos 77 y Carles aún se sorprende de que haya temas nuevos de los que hablar. Cuando le oigo decir eso, me río para mis adentros, y pienso que en esto del huerto, nunca se sabe lo suficiente. Quizá es eso lo que hace que sea divertido, diferente y apasionante.
¡Saludos!
10 respuestas
Como te lean los de la Permacultura les va ha dar algo, jajaja. Muy interesante el post, y la entrevista.
Como te lean los de la Permacultura les va ha dar algo, jajaja. Muy interesante el post, y la entrevista.
Gracias, Ester, por facilitarnos esta información sobre el suelo. Precisamente, leyendo manuales diversos, y después de algunas experiencias poco satisfactorias en algunos cultivos, me he centrado en la observación de la composición de los sustratos. Me voy fijando en las características de la tierra, y de las condiciones de sol y humedad cuando veo una planta bien enraizada. Y ciertamente, la composición del sustrato es muy importante para el crecimiento saludable de las plantas. Cualquier aportación sobre el tema será muy bien recibida.
Gracias a ti, Silvia, por compartir tu experiencia. Yo solo soy el mensajero 😉
Hola Esther! Me ha gustado mucho el post. Yo practico la huerta tradicional con el arado de la tierra, aporte de estiércol y dejando la tierra que se oxigeno entre cultivos. Pero es cierto que hay una tendencia que opinan que es mejor no modificar ni tocar la tierra, que al alterar o voltearl matas los microorganismos que viven en ella.
Da gusto oír como una experta como la Sra Teira da una explicación coherente.
Un beso.
Hola Kissi, y gracias por tu comentario. Me alegra saber que te ha parecido interesante, aunque coincido contigo: lo de arar y voltear la tierra es una práctica que genera controversia. Creo que es interesante dar a conocer estas opiniones para que cada uno pueda decidir de qué manera trabajar en su huerto. Abrazotes!!!
Sobre la pregunta que planteas en relacion con la podredumbre apical y la arcilla en el sustrato, he observado que en tierra muy arcillosa cómo fue la de mi huerta la cantidad de tomates con podredumbre apical estuvieron muy por encima del sustrato actual que utilizo para las macetas mucho mas esponjoso y con mucha menos arcilla. Quiero pensar que se trata mas bien del equilibrio cómo dice la doctora, este sustrato contendrá todos los elementos necesarios si utilizamos un buen compost, añadiendo para su descompòsicion periódicamente cascaras de huevo, cascaras de plátano y cenizas. Al menor síntoma de podredumbre apical habría que controlar el PH del sustrato y corregirlo. Para los tomates va del 5,5 al 7,3.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario, Dominique!
Un buen artículo y un tema del que no se ha hablado mucho. Me gustaría aportar mi granito de arena al respecto. ¿Por qué es tan importante la arcilla o el humus? Por su capacidad de intercambio catiónico. Una arcilla está negativamente cargada por lo que, para equilibrar, «absorbe» elementos con carga positiva (la mayoría). Cuando dicha arcilla llega a la raíz, se produce un intercambio (yo te doy hidrógeno y tu me das calcio o hierro, que me hace falta), de forma que la inmovilización del dichoso calcio (entre otros), se reduce. Eso sí, lo ideal sería mezclar arcillas y humus (ácido húmico/fúlvico) porque la capacidad de intercambiar elementos se incrementa muchísimo.
Ahora bien, si tenemos un suelo arenoso, como no hay tal capacidad de intercambio, los nutrientes que aportes no se unirán a las arcillas o el humus, por lo que en cuanto riegues se lixiviará o se inmovilizará en la fracción del suelo.
Un último detalle, he análisis de suelos con exceso de calcio y podredumbres apicales en tomate, para que se vea la lenta movilidad de un calcio y su facilidad para bloquearse e inmovilizarse (oxalatos, carbonatos). Influyen tantas cosas que es para llevarse las manos a la cabeza. Temperatura, transpiración, riego, relación K/Ca, humedad… 🙁
¡Saludos!
Como siempre, gracias por ampliarlo. Creo que en ocasiones queremos controlar lo incontrolable. Es bueno que los IT nos digáis que no es así. ¡Saludos!